Dentro de las muchas clases de máquinas que intervienen en los diferentes procesos de construcción podemos encontrarnos aquellas para el tratamiento de hormigón, uno de los elementos indiscutibles que hay en prácticamente todas las obras de construcción, restauración, mantenimiento, etc.
Tratamiento de hormigón: maquinaria más común
Por ejemplo, para realizar el corte de las juntas de dilatación y contracción del hormigón se necesitan cortadoras de suelos especiales, las cuales son ideales también para la apertura y reparación en antiguos suelos de hormigón e incluso reparación de revestimientos asfálticos. Uno de los elementos que no debe faltar en ningún momento a la hora de trabajar el hormigón son las hormigoneras, especialmente diseñadas tanto para la preparación del hormigón de una manera rápida, tras una mezcla homogénea de los diferentes materiales necesarios. Estas son unas de las máquinas que suelen hacer falta siempre en todas las obras de construcción y en muchos casos, en lugar de ser adquiridas, es más rentable alquilarlas, lo que supone un importante ahorro de costes para la empresa constructora. Para mejorar el compactado de los áridos en construcciones verticales, las agujas vibrantes son un elemento indispensable. Asimismo, gracias a su vibración se consiguen eliminar las burbujas residuales de aire que se pueden formar, haciendo que el hormigón quede más consistente cuando fragüe. Otro elemento son las reglas vibrantes, máquinas que proporcionan un completo alisado de la superficie de las losas de hormigón gracias a su movimiento de vibración continuo. Además del alisado, se usan para repartir mejor el hormigón y conseguir incorporar los áridos que se puedan quedar en la superficie, con lo que se evita la operación de alisado, a realizar con una allanadora, por ejemplo. No podemos olvidarnos de otros elementos que sin duda rinden una gran labor a la hora de tratar el hormigón como por ejemplo las fratasadoras, perforadoras o fresadoras.