Dentro de la gran cantidad de tipos de maquinaria que existen para el jardín, se encuentra el cortacésped. Aunque hoy encontramos modelos muy modernos, los orígenes de esta clase de dispositivo se remontan al año 1830.
Fue el ingeniero independiente Edwin Beard Budding quien inventó el primer cortacésped, inspirándose en un cortador rotatorio que se usaba para la lana tejida. Patentó el cortacésped el 25 de octubre de 1830 y su finalidad era rapar o cortar las superficies vegetales de césped, hierba y campos.
Evolución de esta maquinaria para jardines
Desde que se patentó ha ido evolucionando y hoy en día podemos encontrar un gran número de modelos diferentes, comenzando por los más sencillos, los manuales. Estos no tienen ningún motor y funcionan únicamente con el esfuerzo físico. Los cortacésped eléctricos son otra evolución, son bastante efectivos, pero el problema es que para que funcionen deben estar conectados a la red eléctrica y el cable puede ser bastante engorroso. Para eliminar este problema se puede optar por los de gasolina. Son muy efectivos y tienen una autonomía que está ligada a la capacidad del depósito. En este caso, hay que tener mucho cuidado con ofrecerle un buen mantenimiento si queremos que nos dure mucho tiempo. Por otro lado tenemos los que son tractores. En este caso se trata de pequeños carros que tienen la capacidad de llevar a un conductor y cuentan con bastante autonomía además de un gran nivel de operatividad. Para finalizar, no hay que olvidarse que la evolución nunca se detiene y hoy en día existe maquinaria completamente avanzada que cumplen con la labor de cortacésped. En este caso hablamos de los robots, maquinas que pueden ser programadas de una forma muy sencilla y lo hace todo de una manera completamente automática y sin necesidad de vigilancia.