Las mezcladoras son indispensables para muchos trabajos de construcción dado que son pequeñas, potentes, pueden ser transportadas fácilmente y siempre tendrán el cemento preparado para ser aplicado. Aunque esta clase de maquinaria pueda no ser útil frente a aquellas obras en las que se necesiten grandes volúmenes de cemento, para lo que se utilizan camiones hormigoneras, no hay que dejar de lado su gran versatilidad.

Características de las mezcladoras como maquinaria de construcción

Esta clase de maquinaria, como su hermana mayor, sirve para hacer mezclas, sobre todo cemento y hormigón, siendo una de las mejores alternativas que tener que hacerlo a mano, un proceso que además de cansado llevaría bastante tiempo. Haciendo una mezcla homogénea se consigue garantizar su resistencia. En el mercado podemos encontrarnos dos clases de mezcladoras diferentes, una de ellas es la de tolva, que permite alimentarla mediante el volcado de piedra, arena y demás productos gracias a dumpers y la convencional, que es aquella en la que los productos se llevan a la boca de entrada de la mezcladora, bien llevándolo mediante palas o directamente vaciando los sacos de los productos en su interior. No todas tienen un tamaño estándar, siendo esta una de sus ventajas. Actualmente en el mercado se pueden encontrar de muchas capacidades diferentes, pudiendo adaptarse así a las necesidades del trabajo en cuestión. Un consejo antes de su utilización es que hay que verificar que está correctamente nivelada. Para ello cuenta con varias burbujas que indicarán si lo está o no, pudiendo corregir fácilmente su elevación e inclinación. De no hacerlo, se forzará el eje con su trabajo y a la larga podrá sufrir averías. Cuando se ha hecho la mezcla y se ha producido el vaciado, se recomienda la limpieza de la cuba con abundante agua. De esta forma se evitará que quede adherido cualquier resto. De lo contrario le restaría espacio a la cuba, hará que sea más pesada y trabajará más forzada así como costará mucho más quitar esos restos adheridos.